Inflación

En 2,6% se ubica la subida de precios en Argentina durante el mes de diciembre. Este porcentaje apunta la inflación anual de 2018 en el 47,6% cifra elevada y que pone en duda la capacidad del Gobierno para cumplir su propósito de una inflación del 23% en este 2019.

El presidente argentino Mauricio Macri heredó una inflación que superó el 20% anual. En 2016 no hubo datos oficiales por la llamada «emergencia estadística». En 2017 subió hasta el 24,8% para estallar en 2018 debido a la crisis cambiaria respecto al dólar y de un déficit comercial que obligaron a pedir auxilio al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Argentina y Venezuela,  son los únicos países latinoamericanos con los precios fuera de control. Para Argentina se trata de un problema crónico desde 1945, cuando las mejoras sociales del peronismo se financiaron con la impresión de billetes. En las décadas siguientes, con ocasionales excepciones (como la paridad del peso con el dólar establecida por Carlos Menem, provocó deflación y concluyó en un colapso económico).

El déficit fiscal ha llevado a recurrir de forma habitual a los talleres de impresión del Banco Central. Los precios han ido casi continuamente hacia arriba, y el peso, hacia abajo.

Durante el 2018 el Gobierno de Macri suavizó su objetivo de inflación para el año, del 12% al 15%, en nombre de su política de «ajustes graduales». Eso fue considerado una mala señal por los inversores, que corrieron a cambiar pesos por dólares.

Los ciudadanos también recurrieron a cambiar pesos por dólares, la devaluación aumentó la inflación, mientras que la deuda externa del Estado volvía a ser peligrosamente elevada (ahora se acerca al 80% del Producto Interior Bruto, el doble de cuando Macri asumió la presidencia), el déficit comercial era rampante y en mayo, con los mercados financieros internacionales cerrados ante las demandas de Argentina, no hubo más remedio que recurrir al FMI y aplicar un ajuste recesivo.

En septiembre fue necesario conseguir del FMI un aumento del préstamo, de 50.000 a 57.000 millones, y una mayor presteza en las entregas.

A partir de ese momento, el banco central aplicó una política de intereses altísimos, de hasta el 70%, y emprendió una retirada de pesos del mercado, con el fin de frenar la crisis cambiaria. Esa meta, por el momento, parece haberse conseguido: el dólar se mantiene en torno a los 37 pesos. La consecuencia ha sido la recesión. La economía se habrá contraído en 2019 con un 2%.

Los salarios han sufrido una pérdida de poder adquisitivo cercana al 10%, la más grave desde el colapso de 2002, y cabe suponer que los sindicatos presionarán todo lo posible para conseguir una subida de los sueldos pareja a la inflación.

El propio FMI y los analistas privados indican que, si Argentina cumple las condiciones impuestas con el préstamo de septiembre pasado, los ciudadanos tendrán que esperar hasta 2024 para recuperar los niveles de bienestar (medidos en consumo privado) de 2017. Es decir, que solo al final del mandato del próximo presidente, sea Macri u otro, se empezarían a experimentar los supuestos beneficios del actual ajuste.

Para el economista Martín Alfie, el número de inflación está vinculado más que nada a lo que pasó con el dólar. “Los argentinos sabemos que cuándo sube el dólar, sube por lo general el resto de los precios”. “Y esto ha sido la expresión de lo que fue la corrida cambiaria”.

Según Alfie, “la inflación en 2019 va a depender mucho de lo que pase con el dólar”. “Hay mucha incertidumbre, porque al ser un año electoral, es difícil estimar que sucederá con el billete”.

En la medida que el dólar se calme, la inflación va a tender a bajar, no muy rápido, pero si estabilizarse en un 25/30%”. “Si en cambio, se da un escenario donde el dólar se dispare es posible tener registros parecidos a los del 2018”, señaló el economista.

Según el analista, “hasta abril vamos a tener un contexto más o menos estable, donde el Gobierno intente controlar el dólar y demás”. “Después, cuando empiecen a filtrarse algunas encuestas, comience el armado político y a conocerse las propuestas de algunos candidatos, seguramente va a entrar en escena el ruido político e impactará en la divisa y en el riesgo país” remarcó.